Saturday, April 25, 2009
Thursday, April 23, 2009
En lo que creo
Por J.G. Ballard (much missed)
Creo en el poder de la imaginación para rediseñar el mundo, para liberar la verdad que vive dentro nuestro, para contener la noche, para trascender a la muerte, para encantar a las autopistas, para que le caigamos en gracia a los pájaros, para conseguir la confianza de los locos.
Creo en mis propias obsesiones, en la belleza del choque de autos, en la paz del bosque sumergido, en lo excitante de los balnearios desiertos, en la elegancia de los cementerios de automóviles, en el misterio de los estacionamientos para coches de varios pisos, en la poesía de los hoteles abandonados.
Creo en las pasarelas olvidadas de Wake Island, que apuntan al Pacífico de nuestras imaginaciones.
Creo en la misteriosa belleza de Margaret Thatcher, en el arco de sus fosas nasals y el brillo de su labio inferior; en la melancolía de los conscriptos argentinos heridos, en las sonrisas hechizadas del personal de las estaciones de servicio; en mi sueño sobre Margaret Thatcher siendo acariciada por ese joven soldado argentino en un motel olvidado, observados por un empleado de estación de servicio tuberculoso.
Creo en la belleza de todas las mujeres, en la perfidia de sus imaginaciones, tan cercana a mi corazón; en la unión de sus cuerpos desencantados con las encantadas alfombras de cromo de las cajas de supermercado; en su cálida tolerancia a mis perversiones. Creo en la muerte del mañana, en un tiempo exhausto, en nuestra búsqueda de un nuevo tiempo en las sonrisas de las azafatas y los ojos cansados de controladores aéreos en aeropuertos fuera de temporada.
Creo en los órganos genitales de los grandes hombres y las grandes mujeres, en las posturas corporales de Ronald Reagan, Margaret Thatcher y lady Di, en los dulces hedores que emanan de sus labios cuando se ponen frente a las cámaras de todo el mundo.
Creo en la locura, en la verdad de lo inexplicable, en el sentido común de las piedras, en la locura de las flores, en la enfermedad guardada para la humanidad por los astronautas del Apollo.
Creo en nada.
Creo en Max Ernst, Delvaux, Dali, Tiziano, Goya, Leonardo, Vermeer, Chirico, Magritte, Redon, Durero, Tanguy, Cheval, las Watts Towers, Boecklin, Francis Bacon, y todos los artistas invisibles que están en instituciones psiquiátricas del planeta.
Creo en la imposibilidad de la existencia, en el humor de las montañas, en el absurdo del electromagnetismo, en la farsa de la geometría, en la crueldad de la aritmética, en las intenciones asesinas de la lógica.
Creo en las mujeres adolescentes, en su corrupción por la propia postura de sus piernas, en la pureza de sus cuerpos desordenados, en los rastros de sus genitales dejados en baños de moteles gastados.
Creo en el vuelo, en la belleza del ala, y en la belleza de todo lo que alguna vez ha volado, en la piedra arrojada por el niño pequeño que lleva consigo la sabiduría de hombres de estado y parteras.
Creo en la amabilidad del escalpelo del cirujano, en la geometría sin límites de la pantalla de cine, en el universo oculto dentro de los supermercados, en la soledad del sol, en la cháchara de los planetas, en lo repetitivo de nosotros mismos, en la inexistencia del universo y el aburrimiento del átomo.
Creo en la luz que las grabadoras de video proyectan en las vidrieras de los negocios, en los conocimientos mesiánicos de los radiadores de los coches de showroom, en la elegancia de las manchas de aceite en los hangares de 747’s estacionados en aeropuertos.
Creo en la no existencia del pasado, en la muerte del futuro, en las infinitas posibilidades del presente.
Creo en la degeneración de los sentidos: en Rimbaud, William Burroughs, Huysmans, Genet, Celine, Swift, Defoe, Carroll, Coleridge, Kafka.
Creo en los diseñadores de las pirámides, del Empire State Building, del Fuehrerbunker de Berlín, en las pasarelas de Wake Island.
Creo en los olores corporales de la Princesa Diana.
Creo en los próximos cinco minutos.
Creo en la historia de mis pies.
Creo en las migrañas, el aburrimiento de las tardes, el miedo a los calendarios, la traición de los relojes.
Creo en la ansiedad, la psicosis y la desesperación.
Creo en las perversiones, en el enamoramiento con los árboles, en las princesas, los primeros ministros, las estaciones de servicio abandonadas (más hermosas que el Taj Majal), las nubes y los pájaros.
Creo en la muerte de las emociones y el triunfo de la imaginación.
Creo en Tokio, Benidorm, La Grande Motte, Wake Island, Eniwetok, Dealey Plaza.
Creo en el alcoholismo, las enfermedades venéreas, la fiebre y la fatiga. Creo en el dolor. Creo en los chicos.
Creo en los mapas, los diagramos, los códigos, los juegos de ajedrez, los acertijos, la tabla de horarios de las aerolíneas, los indicadores de los aeropuertos. Creo en todas las excusas.
Creo en todas las razones.
Creo en todas las alucinaciones.
Creo en todas las furias.
Creo en todas las mitologías, recuerdos, mentiras, fantasías, evasiones.
Creo en el misterio y la melancolía de una mano, en la amabilidad de los árboles, en la sabiduría de la luz.
Publicado originalmente en 1984 por la editorial RE/Search de San Francisco, en el libro de entrevistas llamado sencillamente J.G. Ballard.
art david shrigley
Monday, April 20, 2009
Friday, April 17, 2009
No digo que no exista el fascismo. Digo: dejad de hablarme del mar mientras estamos en la montaña. Este es un paisaje distinto. Aquí existe el deseo de matar. Y este deseo nos ata como hermanos siniestros de un fracaso siniestro de todo un sistema social. También a mi me gustaría que todo se resolviese con aislar a la oveja negra. Yo también veo las ovejas negras. Veo muchas. Las veo todas.
Pier Paolo Pasolini, entrevistado horas antes de su asesinato
art Gottfried Helnwein
Sunday, April 12, 2009
Thursday, April 09, 2009
Friday, April 03, 2009
I’m overwhelmed and undersexed
And they’re coming to take me away now
I’m bloody and so darling bow
Your whole world is in my hands
Wednesday, April 01, 2009
and on saturday night in my kingdom of fitzroy
wet with the dew of heaven
i prowl with the lions through my parks
grab lionel, he laughs,
he loves to congregate with the lions,
such is lionel's spell
my heart has been stalled
by the fury of the streets of fitzroy,
the police are out with their batons
and my brothers have been felled in the gutters
their black skulls are bleeding
the same blood that's on the lion's claws
Shelton Lea, Nebuchadnezzar
and shelton in the pic