Tuesday, December 28, 2010


Existen, en esta tierra, fantasmas que adoptan la apariencia de cadáveres obesos, fríos y descompuestos, y se esconden en los árboles al borde del camino, hasta que pasa un viajero. Entonces se arrojan al cuello y no hay forma de escapar. Existen también terroríficos fantasmas de mujeres muertas de parto. Deambulan sin rumbo por los caminos, al anochecer, o se esconden entre los cultivos cerca de las aldeas y hacen llamados seductores. Responder a sus llamados equivale a morir en este mundo y en el otro. Sus pies están vueltos hacia atrás, y cualquier hombre en su sano juicio puede reconocerlos. Existen fantasmas de niños que han sido arrojados al fondo de un pozo. Deambulan por los aljibes y por los márgenes de las junglas , lloran bajo las estrellas o agarran a las mujeres de las muñecas y suplican que estas los lleven en brazos.

Rudyard Kipling, Mi verdadera historia de fantasmas pic graciela iturbide