Las palabras de los enfermos, incluso de aquellos que son sólo capaces de balbucear, siempre son más importantes que las palabras de los sanos. Por lo demás, toda persona sana es una futura persona enferma. La noción del tiempo, ah, la noción del tiempo de los enfermos, qué tesoro escondido en una cueva en el desierto. Los enfermos, por lo demás, muerden la verdad, mientras que las personas sanas hacen como que muerden, pero en realidad sólo mastican aire. Por lo demás, por lo demás, por lo demás.
Roberto Bolaño, 2666
Art Desiree Dolron